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Una noche de 2008 en un bar, los periodistas musicales Bob Boilen y Stephen Thompson bromeaban con la cantante folk Laura Gibson apropósito del ruido de la multitud que impedía apreciar con tranquilidad su concierto

"deberías actuar directamente delante del escritorio de Boilen en la estación de radio"

Una noche de 2008 en un bar, los periodistas musicales Bob Boilen y Stephen Thompson bromeaban con la cantante folk Laura Gibson apropósito del ruido de la multitud que impedía apreciar con tranquilidad su concierto: deberías actuar directamente delante del escritorio de Boilen en la estación de radio, le decían […]Un mes después, lo que parecía una simple ocurrencia, daba comienzo a uno de los proyectos de prescripción musical más interesantes del panorama cultural actual. Los Tiny Desk Concerts. Un formato de mini conciertos en versión reducida y acústica que ha llevado a las oficinas de la National Public Radio de Washington D.C., a más de 550 grupos y artistas con las propuestas más singulares, innovadoras y vanguardistas de la escena musical mundial.

Nombres como Rodrigo y Gabriela, The Polyphonic Spree, Dirty Dozen Brass Band, St. Vincent, Jorge Drexler, Cornelius, The Roots, Natalia LaFourcade, Lila Downs, Anderson Paak & The Nationals, Gregory Porter, Chick Corea, Christian Scott, Wilco y un larguísimo etcétera, han contribuido a dar forma y popularizar el que quizá es uno de los contenidos culturales más exitosos de los últimos tiempos. El éxito no sólo lo ratifican los cerca de 80 millones de reproducciones en youtube que acumulan sus centenares de grabaciones, sino las declaraciones de fidelidad y admiración que los propios invitados a los conciertos confiesan sobre los Tiny Desk Concerts.

Un escritorio de dos plazas forma una escuadra que protege el ‘escenario’. Al fondo una fila de estanterías plagadas de discos, libros, carteles de conciertos y distintos souvenirs musicales. El equipo de sonido es el más austero posible; una treintena de invitados (compañeros de la radiodifusora) hacen de público; una cámara fija y la más exquisita, conocedora y propositiva selección de propuestas musicales de valor.

El proyecto destaca por su capacidad para convertirse en un referente desde un formato de lo más austero (sin obviar el alcance que brinda una plataforma como la NPR para tener acceso a cualquier clase de artista). Pero también se hace notar por su capacidad para adaptar un espacio relacionado con las prácticas culturales más clásicas (una radio pública), a las demandas, los lenguajes y las formas que va exigiendo el presente.

La recomendación se traza entonces en ambas direcciones. Id a mirar los Tiny Desk Concerts como una práctica de producción y gestión de contenidos culturales digna de tener en cuenta. Pero igualmente, o más, como un nutrido, selecto y muy disfrutable muestrario de la mejor música que se ha estado produciendo en el planeta durante la última década.